Como administradora de este blog, y como mujer, deseo dedicar la celebración de este año a la diputada kurda Leyla Güven, a todas las mujeres kurdas y, por extensión, al conjunto del pueblo kurdo.
La luchadora Leyla Guven, cuya huelga de hambre entró en el día 77 para exigir el aislamiento del líder kurdo Abdullah Ocalan, envió un mensaje de su prisión a todas las mujeres del mundo y dijo:
"Queridas mujeres:
A pesar de que nuestras geografías están divididas por miles de millas, me alegra que hayan escuchado mi voz. Incluso cuando somos de rincones muy diferentes del mundo, como mujeres, siempre nos sentimos. Como dice Hipatia, "ninguno de nosotros se parece el uno al otro, pero las cosas que nos unen son mayores que las que nos separan". Todas somos hermanas. Lo que más nos une es nuestra lucha por la libertad, nuestra resistencia contra todo tipo de fascismo, la dictadura y la mentalidad patriarcal.
Las mujeres que resisten y luchan, siempre se convierten en símbolos: Clara Zetkin, Rosa Luxemburg, las hermanas Mirabal, Sakine Cansiz, Leyla Qasim y muchas otras mujeres se convierten en símbolos a través de su lucha. Como mujeres, constituimos la mitad de la población mundial. Sin embargo, todos estamos oprimidos. Cuando empezamos a luchar por nuestros derechos, somos etiquetados como terroristas.
¡Todas las mujeres del mundo deben decir basta al fascismo, basta a la dictadura!
El asesinato de mujeres a través de la violencia doméstica, las circuncisiones femeninas, los matrimonios infantiles, las mujeres juzgadas con la pena de muerte en las cárceles de Irán. Zeynep Celalyan es una de ellas: las mujeres kurdas a quienes incluso se les prohibió su lengua materna, las árabes que huyeron de la guerra. Todos apuntan al femicidio. Como mujeres, que están preparadas para morir, podemos detener este feminicidio a través de la conexión de nuestras luchas. Mientras estemos determinados en nuestra lucha.
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