sábado, 15 de enero de 2022

2022 

Me gustan las palabras, me gustan prácticamente todas las palabras, incluso las que están malditas.

Ahora, en nuestras bocas proliferan palabras como covid, ómicron, PCR, antígenos, cuarentena,  vacuna, confinamiento, inmunidad... todas ellas designan realidades, y las realidades son solo eso, hechos aplastantes. Por lo que es inútil impregnarlas de negatividad ni de mal fario, solo hay que alternarlas, combinarlas y aderezarlas con muchas otras, para que no haya un discurso único, uniforme y plano.

Existen otras muchas palabras (cualidades, no hechos) como “nuevo”, “renovado”, “recuperado”, “remozado”... palabras que podemos asociar a diversas sustancias y que marcan horizontes sin límites, hacia donde nuestra mirada debe ir.

La administradora de este blog echa de menos muchas cosas (y a muchas personas), entre otras, echa en falta la ayuda de sus alumn@s para elegir una o dos palabras que señalen nuestra estrella para este año 2022.  En el pasado, todos los comienzos de trimestre invitaba a sus alumn@s a elegir sus nuevas palabras favoritas para elaborar un ranking de palabras; muchas eran coincidentes; otras, no, pero era fácil ponerse de acuerdo. Nunca fueron estas palabras de mal pronóstico, sino todo lo contrario, lo que demuestra que tod@s tenemos esa necesidad de expectativas, si no de esperanzas, de que el futuro exista y de que tenga todo el sentido para tod@s y cada un@ de nosotr@s.

Aunque me cueste, pensaré cuál será mi palabra guía.

Y he decidido ya que elegiré LUZ (mucha luz, y no la de Endesa, ni la de Iberdrola, la natural, que casi no valoramos) frente a "túnel".

 Luz para las cabezas, para la sienes, para los ojos, para las manos, para los pies...



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